MATERIALES Y HERRAMIENTAS PARA DORAR Y RESTAURAR

Los utensilios y herramientas necesarias para el dorador se explican y muestran en estos videos y textos, para completar

UTENSILIOS NECESARIOS PARA EL DORADOR:

CONOCIMIENTO Y SUS APLICACIONES

El conjunto de útiles de trabajo que intervienen en el acto de dorar y que le son propios e intrínsecos están relacionados a continuación, y agrupan aquellos más fundamentales y específicos en la ejecución misma del dorado.

1.- METALES:

– Oro Fino.

– Bronces u oro falso o de imitación.

– Plata fina.

– Plata falsa o aluminio en hojas.

– Bronces. (Aleaciones varias en torno al oro imitación u oro falso que se presentan en polvo molido y en pequeñas escamas a las que comúnmente denominamos purpurinas).

– Aluminio molido. (Plata falsa)

2.- POMAZÓN

Denominado por distintos maestros “cojín”, “cojinete”, “guantelino” o guantelete, y conocido y usado por todos los artífices, damos el nombre de pomazón a una almohadilla de piel de gamuza perfectamente lisa, desengrasada y recubierta o no en parte con paredes de papel de pergamino transparente, material flexible y manejable que protege el pan de oro contra la más mínima corriente de aire, incluso la producida por la propia respiración del que efectúa el trabajo. Dicho pomazón puede plegarse para guardar o transportar. La almohadilla suele tener una franja de cuero en la esquina exterior para que sirva de sujeción y guarda el cuchillo de trocear el oro o cuchillo de dorador. En la cara inferior posee otra franja o brida de cuero, más holgada, que se utiliza para introducir el dedo pulgar y sujetarla en el aire como si fuese una paleta de pintor, apoyándola en el antebrazo. Existe también una pomazón más estable, para trabajo fijo en taller, que incluye un pequeño cajón donde guardar los librillos del pan con que vayamos a dorar.

En función de si la vamos a realizar para oro fino o para oro falso las medidas van a diferir ligeramente, ya que, como hemos señalado, las hojas de oro falso son mayores y requieren por tanto un mayor espacio. Conviene buscar un tamaño medio, que sirva para ambos o bien la realización de dos de diferentes tamaños.

Por lo general son de 25 x 12 cm.

El modo de realización es el siguiente:

Sobre una tablilla de chopo, okumen o balsa (poco peso) con un grosor aproximadamente de 15 mm, de 16 x 26 cm. si es para oro fino, o de 12 x 29 cm. si es para oro falso, se pone una plancha de guata o algodón que la cubra por completo en su parte superior dándole un mullido de 2 cm.. Dicha almohadilla se recubrirá a su vez de piel muy fina sin repelo, a ser posible de gamuza, que se puede encolar en la parte inferior y en los bordes procurando quede bien lisa y sin arrugas y aplastando el mullido para que baje. Una vez realizada esta operación se procederá a colocar el pergamino, a ser posible de piel bien curtida y mejor aún antigua ya que el de papel de raja y deteriora en poco tiempo por doblarlo y desdoblarlo. Este pergamino de 27 x 43 cm. de anchura se acopla al cojín alrededor del mismo, formando una pantalla o pared desde la mitad hacia atrás. Se clava al canto, del centro hacia los lados, haciendo en los extremos laterales dos dobleces bien marcados y aplastados, con las puntas en triángulo, hacia atrás y hacia fuera, que le impedirán cerrarse cuando esté abierto.

3.- POLONESA:

También denominada “pelonesa”, “pelenesa” o “peine”. Sirve para alzar el oro de la almohadilla y depositarlo sobre la superficie a dorar. Por lo general se aconseja pasarla por la frente o el pelo a fin de que la mínima grasa que contiene ayude a la operación. Algunos maestros incluso llegan a recomendar mancharla con un poco de sebo y otros ponerse en la frente un poco de vaselina neutra (Cacao para los labios).

Consiste en una serie de pelos de tejón, marta, ardilla o comadreja sujetos a modo de pincel plano entre dos cartoncillos en una línea muy tupida, sobresaliendo unos 4 cm. del cartón y cortados a escuadra. El total del útil medirá unos 6 cm. aproximadamente.

4.- CUCHILLO DE DORADOR:

De hoja larga y estrecha sirve para tomar el oro ponerlo en la almohadilla y trocearlo. Suele ser de acero y los hay de dos clases: con hoja ancha y punta redonda, y otro más ancho y doble filo con un chaflán en la punta.

5.- PIEDRAS DE BRUÑIR O BRUÑIDORES:

Las piedras de bruñir más antiguas conocidas parecen ser de pedernal duro y esmerilado. Otras, el uso de colmillos de animales carnívoros: de lobo, jabalí e incluso de perro. Han sido utilizadas a lo largo de los siglos diversas piedras finas como amatistas, esmeraldas, topacios y granates, siempre que previamente hubieran sido bien lustradas y esmeriladas con pórfido liso y sujetas a un mango de madera con arandela de latón o cobre.

Sin embargo, la piedra más característica y más usada ha sido el ágata, piedra muy dura, que se presenta en el comercio en color gris-azulado o verde transparente. Estos tonos de color se obtienen al ser tratada con sales de níquel y un baño de sosa. También se encuentran en rojo, después de haber sido sometidas a un proceso de 15 días en ácido nítrico que contenga hierro, y un secado de dos semanas en horno, o en color negro, obtenido por calentamiento de la piedra en líquido de miel y mantenimiento posterior en un baño de ácido clorhídrico o bicromato potásico.

De esta forma, encontramos en el comercio un tipo de piedra sin aristas ni esquirlas, absolutamente redondeada y en una enorme variedad de formas, Las más usuales se conocen con los nombres de “diente de lobo o de perro” por la forma característica que los imita (también se les conoce como “de colmillo” de “media caña” o “media luna”); de “pernil” o “riñón” cuya forma redondeada se adapta bien al bruñido de molduras; y “planas”, con aspecto cuadrangular y canto fino, de muy buen resultado en grandes superficies, por supuesto en los diversos tipos existe una considerable variedad de tamaños.

Se aconseja guardar siempre las piedras de bruñir envueltas en terciopelo o algodón para que no se engrasen ni se rayen unas contra otras si sufran desperfecto alguno que las inutilice.

6.- PINCELES DE DORAR.

Se necesitan varios con diferentes fines, a saber:

– Pulidor: Pincel seco y sin engrasar para frotar la zona a dorar después del embolado. Su aspecto es el de una brocha redonda y gruesa cortada verticalmente. También se le denomina “pincel de perro” o “perrillos”

– Pinceles de humedecer: Son de pelo de marta o de comadreja, con forma redonda, poca panza y semipuntiagudos. Los más gruesos nos servirán para las aplicaciones de la templa al agua.

– Pinceles blandos de apoyo: Pinceles de forma redonda y cabeza plana, con pelo de garduña. Se utilizan para alisar dorados al agua y para apoyar el oro en el dorado a la mixtión.

– Pinceles finos de dorar: Llamados también pinceles pluma por tener un mango corto de pluma de ave. Son de pelo finísimo de marta que al humedecerse permanece en punta.

– Pitúas y aplacadores: Con la misma función ambos tipos. Las pitúas con pinceles de pelo fino terminados en un plano, como cortados a cepillo y se usan por lo general para aplacar el oro dado a la mixtión. Los aplacadores, de pelo negro y de pluma, como los de dorar, sirven para aplacar el oro al agua y pegar bien las puntitas del oro fino que puedan quedar sin fijar no deteriorando el resto del trabajo.

– Pinceles duros: Útiles para retirar las partículas de oro en el dorado a la mixtión.

– Pinceles blandos de retoque: Gruesos y redondos pero sin punta para alisar el dorado a la mixtión o escobillado del oro.

– Pinceles para estofar: Pinceles de punta, cortos y finos, semejantes a los utilizados para dorar.

Fuente: Antonio Diaz

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